El departamento se encuentra en el piso 23 de una torre en el barrio de Recoleta. Su contexto urbano con poca presencia de torres hace posible que todos los ambientes principales que dan al exterior tengan una vista panorámica.

Se trabajó todo el departamento con un concepto integrado en cuanto a colores y terminaciones.

La cocina con vista panorámica fue incluida al living. La idea para este ambiente fue poner en sombra el equipamiento trabajándolo en color oscuro para resaltar las vistas, así la cocina desaparece y da lugar al espectáculo siempre cambiante de la ciudad. El color oscuro de los muebles, la mesada y el piso se articula a través de un trabajo de texturas contrapuestas: el piso es porcelanato símil chapa, los muebles de cocina son de roble negro y la mesada y la base de la alacena superior son de color negro brillante creando un juego de reflejos que multiplican las vistas y luces del entorno.

Los placares fueron un tema de diseño. Para los dos hermanos, que comparten el dormitorio, se eligieron colores distintos de revestimiento interior para cada uno de ellos. La parte inferior del placard tiene carros para juguetes que los chicos pueden abrir libremente. Para el placard de la hermana se realizó un frente con pizarrón para dibujar con marcadores.

Los baños son internos, chicos con techos muy bajos. De este modo se utilizó la mínima cantidad de materiales posible eligiendo el mismo revestimiento para las paredes, piso y mesadas, creando así un juego de tonalidades.

Los marcos de las puertas de chapa doblada existentes se pintaron del color de la pared y de las puertas y se les agregó una jamba de madera de roble como el piso a modo de revestimiento.